Voy a contar mi experiencia en torno a una etapa de mi vida que para mí fue bastante dolorosa.
Hace unos ocho años era feliz, tenía pareja casa, amigos, etc. De repente un día, sin previo aviso empecé a encontrarme mal. Cansancio, dolores de articulaciones, desmayos, cambios de carácter, etc. Casi todos me tachaban de exagerado, que si era estrés, que no me quejara tanto, que si era depresión.

Yo sabía que no era normal. Cada vez estaba peor, aunque la analítica me salía normal. Hasta que un día me fui yo sólo al hospital en Valencia y me hicieron una analítica extensísima. En el informe salía que tenía la enfermedad del beso. Hasta que no supe los resultados no me creyó ni mi propia familia. Estuve mucho tiempo mal, pero algo me decía que esto no había acabado, seguía sintiéndome mal.

Un día en el trabajo me puse con 40 de fiebre, me desmayé y me tuvieron q llevar al médico. Ahí empezó todo.

Cada vez estaba peor, los dolores iban en aumento, cada rato me encontraba más dolorido. Fui de médico en médico y de analítica en analítica. Al rozarme la piel lo mínimo sentía un tremendo malestar.

Al final me diagnosticaron fibromialgia.

Estaba desesperado. Me empezaron a dar pastillas. Estuve yendo a reuniones y asociaciones de Valencia dedicadas a estos enfermos. La experiencia fue horrible. El dolor seguía igual. La relación con mi familia y con mi entorno cada vez iba a peor. Mi relación de pareja también. Y en el momento más duro me despidieron.

Dormía muy mal y me levantaba con terribles dolores en todo el cuerpo. Seguía tomando calmantes, pero no podía más.

Por medio de una conocida, un día llegué hasta Alberto, especialista en Hipnosis, con el que comenté todo lo que me sucedía. Él me explicó que se podía trabajar estos problemas a través de la hipnosis y otras técnicas para relajarse y sentirse mejor. Al principio de todo yo era muy muy escéptico. Pero me puse en sus manos dispuesto a todo, porque sentía que mi vida se estaba desmoronando. Al comienzo me pareció algo raro.
Pero me encontraba tan mal que pensé:
“-Voy a ir una primera visita, a ver de qué se trata. Me voy a dar una oportunidad». No pensé en nada más. Recuerdo la primera visita en alerta. No sabía de qué se trataba ni qué iba a pasar, pero estaba tan dolorido y lo veía todo tan mal, que no pensaba en nada. Cómo un muerto en vida. Familia, el entorno, el trabajo perdido, mi pareja, todo deteriorado

Me acuerdo que la primera visita se dividió en dos partes. Una en donde me preguntaba cosas de una manera relajada y en la que me mostraba confianza y serenidad y la segunda que sería como ya meterse de lleno en lo práctico. La primera parte fue una conversación sobre cómo me encontraba y sentía en ese momento, de mi familia, del trabajo.

Cuando terminó me dijo que me sentara en un sillón. La verdad era muy cómodo (cuántas veces iba a utilizarlo!) Luego también puso una música que al principio me pareció un rollo, pero con el tiempo me fui habituando a esa melodía y a la hipnosis. ¡Ahora la echo de menos! Me sentí muy confuso. Sé que empecé oyendo la voz, nervioso y escéptico. Lo único que pensaba era:
“-Ha sido buena idea, date una oportunidad, hay que intentarlo.” Hubo un momento que sin darme cuenta me olvidé de todo y me metí de lleno en escuchar sólo la voz tranquila y dulce, también con mucho poder, segura.

No sé en qué momento me relajé de tal manera que ya no me asaltaba ningún pensamiento negativo. Me encontraba en un estado de delicada alegría (por decirlo de algún modo) Como si estuviera en otro sitio, en otra parte.  Me veía hasta más fuerte y más seguro de mí mismo. Después ya no oía su voz. Y de repente oí unos ruidos, unas frases que me iban diciendo que despertara. Pensé: “- ¿Quién es? ¿Que quiere? Con lo a gusto que estaba!”

Cuando desperté estaba como si me hubieran planchado, en la parte física. En lo que respecta a lo psíquico me encontraba muy relajado. A partir de ese momento supe que iba a volver, no una vez sino bastantes más.

Hoy, varios años después, todo aquello no es más que un triste recuerdo, porque los beneficios de la hipnosis se han mantenido, me encuentro muy bien con una vida plena y la sensación de normalidad casi completa.